En la noche del tres de mayo, el cielo de Los Realejos en el norte de Tenerife se viste de color, se trata de una noche mágica que ningún realejero puede perderse.Las dos calles que emiten los fuegos se engalanan días antes para las fiestas y enraman las cruces con mucha devoción. Entre la calle del medio y la del sol existe un histórico “pique” que se demuestra a la hora de ver los fuegos.
Es una noche en la que las azoteas se llenan de gente para ver la exhibición pirotécnica. Esta comienza cuando la procesión de la cruz llega a la capilla de la cruz de la calle del sol, al ver el gran espectáculo la gente grita emocionada al ver cañones, palmeras, lágrimas, a todo color en el firmamento.
Cuándo terminan los fuegos continúa la procesión, y cuando la cruz llega a la calle del medio se produce un emotivo encuentro en el que los vecinos de las dos calles se intercambian la cruz. Al llegar la cruz a la capilla de la calle del medio es el turno de esta. “¡viva la calle del medio!” se escucha una y otra vez.
Al terminarse el pueblo esta satisfecho un año mas por poder disfrutar de los fuegos y se muestra unido por la devoción a la cruz.
Los siguientes días la gran pregunta es “¿Qué calle ganó?”.
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