Cielo de color, que empiece la exhibición.

Una explosión de color ilumina el cielo. Que comiencen los fuegos.
Dos calles rivalizadas y una misma tradición.
Cada año, esta tradición mueve a los habitantes de Los Realejos que esperan esta fiesta con entusiasmo. La calle del Sol y la calle del medio se enfrentan en una espectacular exhibición de pirotecnia que da un toque de color al cielo de la noche y llena de emoción a los seguidores de las dos calles.
Gritos, alegría, color, sonidos… La noche se llena de la alegría y de la ilusión de todos los que esperan ansiosos cada tres de mayo.
Personas que preparan con ilusión y cariño el espectáculo que llenará los corazones de esta gente que ve con expectación como se ilumina el cielo y como se cumple su sueño.
Con entusiasmo se lleva la cruz por las calles mientras la gente anima a sus calles, y poco después se da comienzo a esa noche mágica, llena de emoción y sueños cumplidos, llena de color…
De nuevo un tres de mayo se cumple la tradición de estas dos calles que esperan este día para poder proclamarse los mejores.
Los sonidos, la ilusión e incluso el aroma inundan el ambiente, un ambiente que no está cargado de tensión pese a la rivalidad entre las calles.
Sólo de emoción, de ilusión, alegría, y mucha diversión que convierten esta fiesta en el mayor espectáculo.