Un fugaz destello sale de la famosa calle. Un cometa que sale de la Tierra, con colores cálidos y destellos interesantes.
El fuego artificial va seguido de otros más con diferentes colores. Cuando llegan todos a su punto culminante, estos se convierten en bonitas palmeras. Duran un segundo en el cielo, hasta que se desaparece y las nubes que se observan en esta cálida noche ocultan donde antes un gran espectáculo se mostraba ante millones de ojos, observando desde casas, calles y cualquier otro sitio donde se puede ver la fiesta más bella de Los Realejos.
Más fuegos…más explosiones…tranquilidad. Todo igual de estupendo. Siempre ese mismo ciclo que tiene cautivados a todos nosotros. Nunca en la vida había visto algo tan elegante, que mostraba en verdad comos eran las personas que vivían en este pueblo.
Más y más relámpagos enviados por los habitantes del lugar, haciendo de la noche el día.
Llevamos veinticinco minutos observando los fuegos de la calle del Medio, que no puede competir en cuestión de tiempo con la calle del Sol. Esta tradición de ser la mejor calle es una máscara, porque lo importante no es eso, si no el empeño que pone cada persona para que la fiesta sea una de las mejores cosas de Los Realejos.
El fuego artificial va seguido de otros más con diferentes colores. Cuando llegan todos a su punto culminante, estos se convierten en bonitas palmeras. Duran un segundo en el cielo, hasta que se desaparece y las nubes que se observan en esta cálida noche ocultan donde antes un gran espectáculo se mostraba ante millones de ojos, observando desde casas, calles y cualquier otro sitio donde se puede ver la fiesta más bella de Los Realejos.
Más fuegos…más explosiones…tranquilidad. Todo igual de estupendo. Siempre ese mismo ciclo que tiene cautivados a todos nosotros. Nunca en la vida había visto algo tan elegante, que mostraba en verdad comos eran las personas que vivían en este pueblo.
Más y más relámpagos enviados por los habitantes del lugar, haciendo de la noche el día.
Llevamos veinticinco minutos observando los fuegos de la calle del Medio, que no puede competir en cuestión de tiempo con la calle del Sol. Esta tradición de ser la mejor calle es una máscara, porque lo importante no es eso, si no el empeño que pone cada persona para que la fiesta sea una de las mejores cosas de Los Realejos.
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